Es bióloga egresada de la Facultad de Ciencias con maestría y doctorado en ciencias biológicas por la UNAM; también realizó un posdoctorado en la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos.
Desde 1973 es profesora de la Facultad de Ciencias en donde fue coordinadora del Laboratorio de Historia de la Biología en 1987 y 2000. Actualmente, coordina el Laboratorio de Historia y Filosofía de la Biología, adscrito al Departamento de Biología Evolutiva. Entre 1988 y 1998 fue coordinadora de manera alternada del programa de posgrado en Biología y del posgrado en Enseñanza e Historia de la Biología. Como parte de su trabajo académico en la Facultad, ha conformado un equipo de trabajo, el Grupo de Estudios Filosóficos, Históricos y Sociales de la Ciencia que, a lo largo de varios años, ha promovido la enseñanza, la discusión, la investigación y la difusión de las ideas evolutivas en la Biología, con especial enfoque en las siguientes líneas de investigación:
- Introducción del Darwinismo en México e Iberoamérica,
- Enseñanza y aprendizaje de las teorías evolutivas,
- Herencia y evolución,
- Historia de la biología en México,
- Filosofía de la biología,
- Historia de las ideas evolutivas.
Como docente de la Facultad de Ciencias, colaboró en el diseño, la creación y la aplicación del Plan de Estudios de 1996 de la carrera de Biología. Como parte de su trayectoria, ha impartido cursos de licenciatura y posgrado, entre los que destacan: Enseñanza e historia de la biología, Epistemología de la biología, Evolución e historia y filosofía de la biología. Ha coordinado los talleres Teorías y conceptos centrales del evolucionismo: de Darwin al genoma y Estudios filosóficos, históricos y sociales de la biología evolutiva, en los cuales se han formado varias generaciones de biólogos en las áreas de filosofía, historia y didáctica de las ideas evolutivas.
De 2000 a 2003 participó en el fortalecimiento de los estudios de posgrado dentro y fuera de la UNAM. Durante este periodo ocupó la Dirección General de Estudios de Posgrado de nuestra Universidad. Fue fundadora y presidenta del Consejo Mexicano de Estudios de Posgrado A. C. (COMEPO) y de la Red Iberoamericana de Estudios de Posgrado (REDIBEP).
De 2004 a 2010 fue titular de la Secretaría de Desarrollo Institucional (SDEI) de la UNAM. En este cargo, junto con otros miembros de la comunidad universitaria, trabajó en el mejoramiento de los vínculos académicos interinstitucionales a través de diversos convenios que tienen como objetivo facilitar el intercambio académico. De su trabajo en este ámbito destaca la formación del Espacio Común de Educación Superior (ECOES).
Durante su gestión en la Secretaría de Desarrollo Institucional ha participado en la consolidación y en el desarrollo académico de la institución a través de ocho ejes de acción: el impulso del bachillerato, la licenciatura y el posgrado; la diversificación de modalidades educativas (presencial, abierta, a distancia y mixta); la instrumentación de distintas opciones de titulación; la investigación transdisciplinaria en facultades y escuelas; la creación de espacios universitarios nacionales e internacionales, así como la promoción de la perspectiva de género en los programas académicos. Desde su creación, una tarea prioritaria de la SDEI ha sido la de consolidar el trabajo académico de nuestra Máxima Casa de Estudios en el contexto de la sociedad del conocimiento.
Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1985 y de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). En esta última asumió sucesivamente, en el periodo de 2003 a 2010, los cargos de Secretaria, Vicepresidenta y Presidenta, siendo la primera mujer, en medio siglo de vida de esta agrupación, en ocupar dicho cargo. Desde este puesto, continuó la lucha por obtener recursos y apoyo financiero gubernamental y empresarial para el desarrollo de la ciencia, como prioridad del país.
Al frente de la AMC, generó logros importantes tanto para esa agrupación como para la ciencia en México. En el ámbito internacional, por ejemplo, se participó en los proyectos, propuestas y declaraciones del grupo G8+5. Se sostuvieron encuentros fructíferos con múltiples academias pares de muy diversas latitudes y se organizó el Simposio de la Interamerican Network of Academies of Sciences (IANAS). Además, se acordó que la oficina del International Council for Science (ICSU) para América Latina y el Caribe que, por diversas razones no pudo instalarse en México, será albergada y coordinada por la AMC a partir del 2010, con financiamiento del CONACyT.
Puso especial atención al apoyo a los jóvenes, a través del impulso decidido a los programas Domingos en la Ciencia, Computación Gratuita para todos los niños, Veranos de la Investigación Científica, además de los Concursos de Primavera y Cotorra de Matemáticas, así como las Olimpiadas que se realizan en las disciplinas de química, biología, geografía e historia. También en este ámbito, realizó acciones para despertar el interés de los jóvenes por la ciencia, promover su acercamiento y apoyar su formación. Destacan las conversaciones que sostuvo, conducentes a instaurar en la AMC una sección dedicada a ellos, que les permita una permanencia temporal y, una vez llegado el momento, previa evaluación, su incorporación como miembros regulares. Asimismo desarrolló diversos programas de divulgación de la ciencia a través de los cuales logró involucrar a la sociedad en el quehacer de la Academia; el proyecto de divulgación más exitoso de su gestión en la Academia fue el Año de la Evolución, durante el cual se montaron varias exposiciones por la ciudad y se impartieron talleres y conferencias para todo público en varias plazas y casas de la cultura.
En cuanto al impulso decidido que dio al tema de la equidad de género, desplegó junto con otros actores, estrategias para lograr progresivamente la igualdad, condicionante de la democracia en nuestro país. Destacan las becas anuales para mujeres jóvenes en ciencias naturales y exactas que otorgan la AMC, L’Oréal-México y la UNESCO desde 2007; la nueva modalidad creada por la AMC y el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal para los Premios Ciudad Capital Heberto Castillo que reconocen la labor de científicas mexicanas destacadas, y las becas de Ciencias Sociales y Humanidades que se establecieron con el Consejo Consultivo de Ciencias y el CONACyT.
Bajo su liderazgo, la Academia intervino cuantas veces fue necesario, para señalar las injusticias, los abusos de poder, la misoginia, el atentado contra la laicidad y los obstáculos para la ciencia que diversas decisiones gubernamentales pretendieron llevar a la práctica, especialmente a partir de las leyes que penalizan la interrupción voluntaria del embarazo.
Ante un tema emergente y prioritario como es para nuestro país el de la energía, la AMC organizó en 2008 el Foro Ciencia, Tecnología y Reforma Energética, y transmitió al Senado de la República sus propuestas.
A través suyo, la AMC participó en el Foro sobre la Ciudad de México, que dio ocasión de constatar la pertinencia y eficacia del diálogo entre científicos y gobernantes, esto es, la transferencia del saber al servicio de una mejor sociedad, y cuyos resultados serán fundamentales para instrumentar acciones orientadas a solucionar problemas en torno a tópicos de gran trascendencia que a todos nos conciernen.
Finalmente, unió la AMC a las tareas de la UNAM en el proyecto de asesorar activamente a la Secretaría de Educación Pública y colaborar con ella en la preparación y actualización de docentes de educación básica en las asignaturas científicas. Derivado de ello, se elaboró un diagnóstico sobre las necesidades actuales y se impartieron talleres a distancia para beneficiar al mayor número posible de profesores y, por esa vía, a los jóvenes estudiantes de primaria y secundaria de todo el país.
La trayectoria académica y administrativa de Rosaura Ruiz ha estado siempre comprometida con el desarrollo de nuestro país a través de un esfuerzo por construir una sociedad basada en el conocimiento, en la cual uno de los pilares fundamentales sea la educación superior.