Innovación y Emprendizaje

Las Instituciones de Educación Superior enfrentan hoy un reto sin precedentes en su historia: los estudiantes demandan ser educados en una enorme variedad de temas que, la mayoría de las veces, no están contemplados en los planes y programas de estudio; las empresas e instituciones que sustentan su producción en la generación de nuevo conocimiento, crean un mercado laboral para el que se espera que las universidades proporcionen profesionistas competentes; los gobiernos depositan en las instituciones educativas la expectativa de la solución de una gran diversidad de problemas económicos, tecnológicos y sociales al mismo tiempo que reducen los presupuestos destinados a la educación y a la investigación y, por último, las universidades desarrollan investigación científico-tecnológica que genera, a una enorme velocidad, nuevos conocimientos y técnicas que incrementan las especialidades y la diversidad de campos de trabajo. Ante este panorama complejo, la transformación de las Instituciones de Educación Superior ocupa hoy un lugar preponderante en las agendas educativas de todos los países. Desde hace un par de décadas han surgido diversos modelos educativos que apelan a la innovación y al emprendizaje como elementos estratégicos para dar movilidad al conocimiento generado en las Instituciones de Educación Superior, de forma tal que dicho conocimiento tenga un impacto social real. Los modelos educativos de innovación y emprendizaje pretenden fomentar en el alumnado una visión de transformación futura, y promover la capacidad emprendedora. Para instrumentarlos se requiere actualizar los métodos de enseñanza y enfocarlos hacia la innovación y el desarrollo tecnológico. El emprendizaje implica desarrollar nuevas competencias y habilidades en el alumnado, de manera tal que le sean útiles para emprender proyectos de impacto social y de aplicación directa del conocimiento que han adquirido en las Instituciones de Educación Superior. Estas competencias no sólo deben estar vinculadas a la creatividad sino que deben estar, también, enfocadas al desarrollo de proyectos, con base en experiencias sobre el abordaje de problemas de actualidad, en ámbitos reales de aplicación. Para fomentar la cultura del emprendizaje entre los alumnos es necesario hacer adecuaciones curriculares, de tal manera que se incluyan prácticas orientadas a resolver problemas del mundo real, con énfasis en las prioridades de desarrollo nacional. La idea de estos cambios es que se establezca un vínculo muy estrecho entre lo que se aprende en el aula y lo que demanda la sociedad y sus sectores productivos, en los contextos local, regional y nacional. Para poder impulsar un modelo de emprendizaje e innovación en las Instituciones de Educación Superior, son necesarias las siguientes acciones:
  • Valorar académicamente y promover los proyectos vinculados a la innovación, elaborados conjuntamente entre alumnos, académicos y patrocinadores de organizaciones públicas o privadas. Estos proyectos deben abordar temas reales de la sociedad, y su objetivo debe ser promover la creación de redes sociales entre los futuros profesionales y otros grupos de la comunidad.
  • Diseñar e instrumentar cursos interdisciplinarios sobre emprendizaje, impartidos de manera transversal en diversas carreras e impulsar una red académica de estudiantes e Instituciones de Educación Superior en ámbitos concretos de interacción.
  • Crear incentivos académicos para los profesores interesados en transformar sus prácticas de enseñanza-aprendizaje, incorporando las TIC’s y métodos de enseñanza basados en casos exitosos, que permitan a los alumnos aprender haciendo o solucionando problemas.
  • Desarrollar con el profesorado un conjunto de métodos (casos, experiencias, simuladores, etc.) orientados hacia la enseñanza del emprendizaje en las diversas carreras. Para el desarrollo de este conjunto de métodos, se requiere organizar grupos interdisciplinarios de profesores que diseñen, instrumenten y evalúen las mejores experiencias para difundirlas hacia el conjunto.
  • Desarrollar ámbitos colaborativos para la realización de proyectos estudiantiles supervisados por profesores, de acuerdo con los campos de conocimiento de las diferentes carreras y en temas de interés común.
Por su estrecha relación con el desarrollo de la investigación aplicada, este modelo de enseñanza-aprendizaje, permite la participación de académicos y alumnos tanto en proyectos institucionales de incubación de empresas, como en proyectos de colaboración mixta entre la universidad y la sociedad, así como entre éstas y los organismos gubernamentales de investigación científica y tecnológica. El fomento de la cultura emprendedora en la educación superior en los últimos años ha despertado cada vez más interés en los gestores de políticas públicas, universidades, profesores y estudiantes. Durante los años 90 diversos organismos internacionales como el Banco Mundial y la UNESCO definieron ejes para una agenda internacional de reforma en torno a la calidad, equidad, eficiencia y pertinencia de la educación. Entre 1980 y 1994, cinco universidades europeas implementaron modelos de innovación de diversas formas y a ritmos distintos. Puede decirse, que en todos los casos, el modelo ha sido exitoso. La Universidad de Warwick en Inglaterra, la Universidad de Strathclyde en Escocia, la Universidad de Twente en Holanda, la Universidad Tecnológica Chalmers en Suecia y la Universidad de Joenssu en Finlandia, se vieron obligadas a transformar su organización, sus estructuras y sus modos de operar, aceptando los riesgos y los retos que ello implicaba. Sin embargo, la transformación medular en estas universidades fue en la cultura de sus comunidades académicas, que accedieron a modificar sus patrones de enseñanza y de investigación para responder adecuadamente a las demandas de una economía cada vez más competitiva basada en la creciente utilización de la ciencia y la tecnología. De la experiencia de estas universidades aprendemos que la innovación en las Instituciones de Educación Superior ocurre solamente si hay una planeación para ello; las universidades requieren de ser organizadas y administradas promoviendo una cultura de trabajo participativa y emprendedora, compartida por la totalidad de la comunidad académica, necesitan convertirse en instituciones cuyos servicios estén caracterizados por el valor social y económico del conocimiento que generan. Estas universidades han implantado modelos de innovación y emprendizaje que vinculan estrechamente al profesorado con el alumnado mediante el desarrollo de proyectos de innovación científico-tecnológica con el concurso de distintos actores sociales: instituciones académicas, empresas, organismos no gubernamentales y organismos gubernamentales. Han impulsado la investigación en temas prioritarios para el desarrollo de sus países y han fomentado la transferencia de conocimiento y el registro de patentes. El fomento de la cultura emprendedora en la educación superior se ha consolidado como un proceso que se orienta hacia la creación y el fortalecimiento de redes académicas transversales, un cambio curricular profundo y la articulación de instrumentos que faciliten y promuevan el cambio de nuestra cultura educativa. La cultura de la innovación y el emprendizaje es, hoy día, un punto de partida a partir del cual se deben rearticular los paradigmas que caracterizaron la educación superior en las últimas dos décadas. ¿De dónde debe provenir el impulso para cambiar? Debe surgir, obligadamente, de las Instituciones de Educación Superior. Son los profesores universitarios y los emprendedores experimentados quienes deben estar a cargo de la enseñanza y la formación de nuevos emprendedores. Es preciso modificar los métodos de enseñanza en general y la enseñanza del emprendimiento en particular, para desarrollar nuevas competencias y habilidades en el estudiantado. El desarrollo de una cultura de innovación y emprendizaje en las Instituciones de Educación Superior requiere de esfuerzos en diferentes direcciones y debe darse en varias etapas que se articulen en un proceso escalonado de transformación de valores, habilidades y competencias que se obtengan a mediano y largo plazo. Las universidades deben vincularse con diferentes agentes locales, regionales, nacionales e internacionales, facilitando su participación en los distintos tipos de emprendimiento. Deben facilitar el desarrollo de una red de contactos de los futuros emprendedores y de las propias instituciones para el desarrollo del emprendimiento orientado hacia las necesidades regionales. En una universidad como la UNAM, la aplicación de un modelo de innovación no se contradice con la enorme relevancia que tiene la investigación científica básica en nuestra Máxima Casa de Estudios. Un modelo de emprendizaje articula y enriquece los procesos de transferencia del conocimiento, garantizando que los frutos de la investigación lleguen a su destino real: la sociedad. El análisis del desarrollo de modelos de innovación en las cinco universidades europeas mencionadas, se presenta en el libro: Creando Universidades Innovadoras. Estrategias organizacionales para la transformación de Burton R. Clark editado por la UNAM (Coordinación de Humanidades) y la Editorial Porrúa en el año 2000.

Bibliografía

Benson, H. (2004) Entrepreneurship Education: Toward a Model of Contingency-Based Business Planning, Academy of Management Learning and Education, 3, 258-273. Carayannis, E. G. Evans, D. y Hanson, M. (2003) A cross-cultural learning strategy for entrepreneurship education: outline of key concepts and lessons learned from a comparative study of entrepreneurship students in France and the US, Technovation, (23) 9, 757-771. Clark, Burton R. (2000) Creando Universidades Innovadoras. Estrategias organizacionales para la transformación. UNAM-Porrúa. Daum, K. (2005) Entrepreneurs: the artists of the business world, Journal of Business Strategy, (26) 5, 53-57. Fiet, J. O. (2001) The pedagogical side of entrepreneurship theory, Journal of Business Venturing, (16) 2, 101-117. Gibb, A.A. (2005) Towards the Entrepreneurial University Entrepreneurship Education as a Lever for Change. IN 3, Paper (Ed.), National Council for Graduate Entrepreneurship Policy. Jones, C. y English, J. (2004) A contemporary approach to entrepreneurship education, Education + Training, (46) 8/9, 416-423. Kuratko, D. F. (2005) The Emergence of Entrepreneurship Education: Development, Trends, and Challenges, Entrepreneurship Theory and Practice, (29) 577-598. Streeter, D. y Jaquette, J. (2004) University-wide Entrepreneurship Education: Alternative Models and Current trends, Southern Rural Sociology, (20) 2, 44-71. Tuunainen, J. (2005), Contesting a hybrid firm at a traditional university, Social Science Studies, 35/2, pp. 173-210. Van Burg, E. Romme, A. L., Georges Gilsing, V. A. y Reymen, I. M. (2008). Creating University Spin-Offs: A Science-Based Design Perspective, Journal of Product Innovation Management, (25) 114-128. Volkmann, C. (2004) Entrepreneurial studies in higher education, Higher Education in Europe, (29) 177-185.

http://rosauraruiz.net/2010/08/20/innovacion-y-emprendizaje/

Etiquetas:

Publicado el 20 de Agosto de 2010 a las 16:25

Los comentarios están cerrados.