La educación superior y las sociedades del conocimiento. Primera Parte

 Primera parte Rosaura Ruiz y Ricardo Noguera El Universal lunes 31 de mayo de 2010 Con este artículo empezamos una serie de escritos que hablarán sobre la educación superior y las sociedades del conocimiento. La actual situación de asimetría y disparidad entre los países ricos y los países pobres, así como la enorme desigualdad entre los distintos sectores sociales, resulta cada vez más alarmante, y por ello, nos parece necesario e importante reflexionar profundamente sobre el papel de la educación superior y de la investigación científica, tecnológica y humanista en la asombrosa complejidad del presente escenario mundial. En nuestro país, en particular, los grandes avances de la ciencia y la tecnología, así como los problemas ambientales, económicos, sociales, culturales y políticos nos obligan a dirigir la atención hacia sus diversas fuentes de conocimientos y de capacidades científico- tecnológicas para comenzar a hacer uso de ellas en beneficio de la sociedad. Para encontrar en los saberes algunas de las respuestas a los grandes problemas nacionales (tales como la pobreza y la injusticia social, la falta de desarrollo de fuentes alternativas de energía, la carencia de una cultura de uso y explotación sustentable del agua, la creciente inseguridad, entre otros) es necesaria una mejora educativa que implique profundas transformaciones en la generación, organización, articulación e innovación del conocimiento. Se requiere de una reestructuración en la que se conformen nuevos modelos educativos que configuren una nueva identidad de la educación superior mexicana, la cual debe incidir significativamente en el desarrollo de las potencialidades de crecimiento propias de este país. Existen diversos estudios promovidos o avalados por la UNESCO, que señalan que las brechas cognitivas, tecnológicas y de bienestar social, que separan a los países en vías de desarrollo de los países desarrollados, pueden reducirse mediante la valoración de los conocimientos existentes. Esto implica aprovecharlos de modo compartido y sostenible e integrarlos a un proyecto nacional plural e inclusivo. Hablar de Sociedades del Conocimiento implica hablar de profundos procesos de transformación mundial, en los que puedan enmarcarse tanto la aparición como el desarrollo de nuevas y diversas formas de organización social, cultural, económica y política de los países. En estas nuevas formas de organización, el conocimiento se convierte en un rasgo constitutivo de las nuevas realidades sociales. En las Sociedades del Conocimiento, resulta primordial la producción y la transferencia del conocimiento. El capital intelectual se valora de manera significativa de acuerdo con el impacto que tiene en el crecimiento de un país y el aprovechamiento compartido del saber es la fuente principal de desarrollo humano. Desde esta perspectiva, es fácil reconocer que el bienestar colectivo de un país recae, en gran medida, en la fortaleza de sus sistemas educativos, en particular en los de educación superior, así como en sus actividades de investigación científica y tecnológica, pues de ellas depende la creación de innovaciones a partir de las cuales una sociedad puede reconstruirse a sí misma en todos sus ámbitos. Así, la intención de esta serie de artículos es proponer un proceso de reflexión colectiva sobre el papel de la educación superior en la configuración de nuestro país como una sociedad basada en el conocimiento.

http://rosauraruiz.net/2010/05/31/la-educacion-superior-y-las-sociedades-del-conocimiento/

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Publicado el 31 de Mayo de 2010 a las 19:24

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